Y enfatiza en el tema, en que la mujer rural no deja de trabajar, en que no se jubila de la azada y de la hoz porque su vida acostumbrada al trabajo no lo permite. Él las ha conocido de primera mano e inmortalizado en sus murales. Aquel primer cuadro fue el que le hizo fijarse en el arcén de las carreteras de Galicia, donde, asegura, siempre hay una mujer en mandilón haciendo algo, cargada con carretillas y sacos. Ana, procedente de A Coruña, apareció en los informativos cuando sus vecinos notaron que, a sus 65 años de edad, salía a la cornisa a limpiar las ventanas de su cuarto piso con bata y sin arnés. Él ha conversado con sus modelos, escuchando su vida y sus historias. Aqui voce tem o controle para acertar seu parceiro ou parceira!
Nuestro actitud, sin darnos cuenta, favorece muchas veces esta falta de agradecimiento. La adiestramiento recibida nos condiciona altamente. Que una madama sea ambiciosa, quiera ganar dinero, anatomía protagonista o adeudar eficacia, no encaja en su rol social. Y, ya, las cosas van cambiando, tenemos también muchos complejos y creencias limitantes que nos impiden comportarse con tanta aplomo y confianza como los hombres.